Villalaco presencia
el arder de las horas, minutos y segundos
Villalaco presencia el cruce entre
toda la alegría de sus mundos...
Villalaco se prende al galopar
del caballo de la cofradía
Villalaco reza canticos a la luna
reina y diosa de la abadía
Villalaco se sublema al trotar
en el carmesí del final del día
Villalaco aborrece su alma
alimentandola con el fuego de la agonía
Villalaco se desdobla en su noche amante
gritando al sol de la anarquía
Villalaco solloza al son del latir del corazón
de la riera y triste arpía
Villalaco arde una y otra vez
junto a los libros de su etimología
Villalaco al destello de la luna
presencia la incansable cacería
de las estrellas atrapando sueños locos
transformandolos en hechicería
Villalaco desata su olor a felicidad
en su río de perfumería
que fluye el agua del alma del poeta
corrijiendo su mala ortografía...
La luna llora en vano
Villalaco ríe sin motivos
La luna canta viejas canciones
Villalaco baila en honor a todos
los buenos ratos vividos
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