domingo, 27 de junio de 2010

Dejo que el tintero se desangre....
El vástago pluvioso de sangre que frecuenta
la cara latente de mi corazón se va resquebrajando
El desgastado zaguán que espera la misericordia de rodillas
en el purgatorio de mis dudas va perdiendo la esperanza
El autómata estruendo de la locura aburrido de desflorarse
en el infierno de la desdicha se va emborrachando con reminiscencia...

Las sombras murmullan la fórmula de la felicidad...
La maravilla se disfraza de enero en mi cama para hallar la incógnita
en la ecuación de mi soledad....

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